El 28 de mayo se conmemora el Día Nacional de la Nutrición en México.
Esta fecha nos invita a reflexionar y a crear conciencia ante los contrastes de desnutrición que afectan a la región sur del país, contra los índices de obesidad de las grandes ciudades. Esto pone en manifiesto la necesidad de aumentar los esfuerzos para promover una dieta saludable y equilibrada con especial hincapié en niños y jóvenes.
Desde hace más de 15 años, Ayuda en Acción ha buscado garantizar que las personas desfavorecidas y excluidas que forman parte de los proyectos de nutrición donde participamos, y que tengan derechos básicos como: alimentación, educación, agua, vivienda y salud. Hemos logrado que 16,293 niños y niñas accedieran a programas de huertos escolares y de traspatio, esfuerzos ligados a la seguridad alimentaria.
En este sentido, Marco Castillo, Director de Ayuda en Acción, dijo: “Fomentamos la agricultura familiar, actividad que no sólo coadyuva a la seguridad alimentaria, también rescata los alimentos tradicionales, lo que contribuye a la salud alimentaria y una dieta equilibrada, así como a la protección de la biodiversidad agrícola y al uso sostenible de los recursos naturales”.
La salud alimentaria busca crear hábitos adecuados por medio de la educación nutricional y la promoción de la actividad física para contribuir a la prevención del sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas.
Uno de los casos más destacados en nutrición en el que participamos, es el proyecto de desarrollo infantil que opera nuestro socio FAI. El programa incluye una propuesta de educación que promueve la participación de los niños para infundir hábitos de salud y fortalecimiento de valores que coadyuvan a un sano crecimiento y desarrollo de la comunidad entera.
Los niños son los principales actores en el impulso y promoción de cambios hacia un desarrollo integral de sí mismos y de sus comunidades en la organización de procesos autogestivos que permitan el empoderamiento.
Para garantizar el éxito del programa en nutrición, se utiliza una metodología lúdica, donde a través del juego activo, análisis y dinámicas vivenciales, los niños inciden en el medio familiar, escolar y comunitario, formulando planes de trabajo enfocados a sus necesidades cotidianas. Así mismo, es una herramienta útil para reforzar, motivar y desarrollar su capacidad de creatividad, liderazgo, solidaridad y entusiasmo.