Laboratorios Clínicos en Guaquitepec, para más personas
El 7 de abril es el Día de la Salud. Hoy queremos compartir con vosotros el proyecto del laboratorio clínico que apoyamos en Chiapas, a través del Patronato Pro Educación Mexicano. Un pequeño centro en una pequeña localidad con el que la detección de enfermedades es mucho más rápida y eficaz.
Los laboratorios clínicos de Guaquitepec es el único que existe a varios kilómetros a la redonda. Y ese precisamente es uno de los motivos por el que los dos bancos de piedra que flanquean sus puertas tienen tanto trasiego durante el horario de atención al público. Por ellos van pasando, a lo largo de toda la mañana, niños, hombres y mujeres, todos indígenas tseltales, de cualquier edad. “Los pacientes pasan la consulta del médico y vienen a hacerse aquí los exámenes que les piden para poder conocer su diagnóstico. Hacemos pruebas de diabetes, anemia, infección de las vías urinarias, parasitosis, tuberculosis, colesterol, hipertensión arterial, triglicéridos o pruebas de embarazo, entre otras”, asegura José Manuel Álvarez, coordinador del laboratorio.
La importancia de este laboratorios clínicos, ubicado en el centro de la comunidad rural, radica en que, desde que se construyó hace diez años, la población de la comunidad ya no está obligada a viajar dos horas hasta el hospital más cercano para realizarse pruebas que les ayuden a diagnosticar o a descartar posibles enfermedades. Un trayecto que tenían que volver hacer a los pocos días para recoger los resultados y que suponía un coste económico demasiado alto para las familias, muchas con pocos recursos, que viven en Guaquitepec.
“Antes de que existiera este laboratorio, los que no podían viajar se automedicaban y muchas veces no se curaban. Solo prolongaban más las enfermedades a causa de ese desconocimiento. Se aliviaban por un tiempo pero volvían a ponerse peor. Ahora, pueden obtener pruebas de laboratorio que digan de qué se trata. Nuestros precios se ajustan a la economía de las familias para que puedan permitírselo”, nos cuenta Jose Manuel.
Él, como la mayor parte de la población que acude a los laboratorios clínicos , es un indígena tseltal. Hablar la misma lengua que los pacientes facilita mucho las cosas ya que ,en muchas ocasiones, por no dominar el español, no pueden comunicarse con el personal sanitario. “Cuando las personas de la comunidad van a una ciudad muchas veces no pueden explicarse bien porque quienes les atienden no hablan su misma lengua”. Una dificultad que encuentran en la propia consulta del médico. “A veces los pacientes vienen a explicarnos qué es lo que tienen para que les ayudemos a expresarlo en la consulta porque no saben hablar español". Aquí sabemos darle una atención respetando siempre su lengua y su cultura".