Imagina estar en un lugar nuevo, donde todo es diferente: la gente, el idioma, las costumbres. Ahora imagina que necesitas un trabajo para mantenerte a ti y a tu familia, pero nadie parece estar dispuesto a contratarte. Esta es la realidad para muchas personas migrantes en todo el mundo.
Migrar es un gran paso. Dejas atrás todo lo que conoces en busca de una vida mejor. Pero cuando llegas a tu destino, te encuentras con una serie de obstáculos que dificultan la búsqueda de empleo.
Uno de los mayores desafíos es el idioma. Si no hablas el idioma local, comunicarte con posibles empleadores puede ser casi imposible. Incluso si tienes habilidades y experiencia, la barrera del idioma puede alejarte de oportunidades laborales que podrían mejorar tu vida.
Otro problema es la falta de reconocimiento de tus habilidades y experiencia. Puedes tener años de trabajo duro y logros en tu país de origen, pero si no se valoran en tu nuevo hogar, te encuentras de nuevo empezando desde cero. Es como si tu experiencia no contara para nada.
Además, la discriminación también es una realidad para muchos migrantes. Algunas personas tienen prejuicios sobre los migrantes, y esto puede dificultar aún más la búsqueda de empleo. Es como si estuvieras siendo juzgado no por lo que sabes hacer, sino por tu país de origen.
Todo esto puede hacer que la búsqueda de trabajo sea desalentadora y frustrante. Pero a pesar de los desafíos, muchos migrantes siguen adelante, luchando por una vida mejor para ellos y sus seres queridos.
En resumen, la población migrante enfrenta una serie de dificultades al tratar de encontrar trabajo en un nuevo país. Desde barreras lingüísticas hasta discriminación, los obstáculos son muchos. Sin embargo, con algo de apoyo, este sector de la población puede tener una oportunidad; esta es parte de la labor de Ayuda en Acción de México.
Con el proyecto Atención a mujeres solicitantes de asilo y refugiadas en México sobrevivientes y expuestas a violencia sexual y de género (VSG), se busca impactar positivamente en dicho panorama. Se trata de generar condiciones de protección para que mujeres en contexto de movilidad y víctimas de VSG (entre el 24% y el 80%), puedan acceder a servicios de atención integral, al tiempo que se les apoya para adquirir capacidades para la empleabilidad, recuperar los medios de vida y vincular con espacios de trabajo digno.
Eso no es todo. A través de ejes particulares como el acompañamiento psicosocial con perspectiva de género y el área de trabajo social, se procura el cuidado emocional y la preparación para la inserción laboral. La cooperación también se da en forma de talleres grupales o en el acompañamiento para realizar trámites migratorios, bancarios o en sesiones psicológicas, por ejemplo.
Desde Ayuda en Acción de México nos interesamos porque las personas tengan una oportunidad. Con respecto a este proyecto, queremos mejorar la vida en cuanto a los procesos de empleabilidad de un sector de la población en una situación de mucha vulnerabilidad.